jueves, 15 de marzo de 2012

AUSENTISMO ELECTORAL: GOLPE BAJO A LA DEMOCRACIA SALVADOREÑA.


Las elecciones de consejos municipales y diputados realizadas el pasado domingo 11 de marzo además de crear el nuevo mapa político nos deja la necesidad de analizar los resultados, sin importar que partido ganó o perdió presencia a nivel nacional.

El máximo ganador del proceso electoral fue el ausentismo con cerca del cincuenta por ciento de la población salvadoreña según la red de observadores nacionales e internacionales montada por la Iniciativa Social para la Democracia (ISD).

Mientras el partido ARENA celebra su victoria al obtener alcaldías que por años gobernó el FMLN, el partido del cambio, se mantiene firme en sus bases y confiado en alcanzar el triunfo en las elecciones presidenciales de 2014.

Ambos partidos representan las formas de gobierno predominantes en el mundo: El Capitalismo y El Socialismo. Polos opuestos que en El Salvador tienen algo en común: el desinterés en la población que les sustenta con el voto.

El ausentismo en los comicios electorales siempre existirá, pues se sustenta en el desconocimiento de plataformas concretas que los candidatos a diputados y consejos municipales tienen como obligación dar a conocer en el periodo de propaganda que estipula el Tribunal Supremo Electoral.

¿Hasta cuándo veremos campañas políticas que bombardean a la población con frases enlatadas y mostrando ataques antiéticos contra los partidos adversarios? ¿Acaso la campaña sucia es  necesaria en los procesos electorales de El Salvador?

Actitudes como esta desmotivan a los salvadoreños. La población vive agobiada por los niveles de delincuencia, desempleo y pobreza. Problemas concretos que los partidos políticos no pueden solucionar.

Lejos de solventar las necesidades  las fracciones políticas del país las utilizan para tratar de conquistar a la población, que aún desea un mejor país. Con fe en sus palabras otorgan un voto de confianza para luego cuestionarse si realmente trae beneficios ejercer el sufragio.

Las elecciones de este 11 de marzo muestran con claridad que la mitad de la población salvadoreña no ejerció su derecho al voto.

Por desinterés, falta de información, disputas entre partidos, entrega tardía de los paquetes electorales, migración de los votantes o simplemente indiferencia a las ofertas  electorales, ningún partido puede proclamar que recibió el apoyo de la mayoría de la población salvadoreña.

El cincuenta por ciento de la población dio la espalda y  negó su voto a los grupos partidarios. Frente a esta realidad la democracia salvadoreña recibe un golpe bajo que muestra el descontento de todo un pueblo hacia las labores legislativas y municipales ejecutadas por los partidos políticos.

Sin duda solo queda soñar con diputados y concejos municipales que trabajen por y para los salvadoreños y no solo se acerquen a las comunidades en periodo de campaña electoral.